Es común acusar a los productos de la agricultura ecológica
de ser más caros que los de la convencional, y como consecuencia plantearla
como una opción alimentaria para quien pueda permitírsela. Implícitamente se
considera que sólo unos pocos podrán permitirse “el capricho”. Lo que da por
sentado este argumento es que los alimentos así obtenidos son mejores y más
sanos, lo que también implica dar la razón a quienes argumentan a favor de la
misma… Pero volviendo a la cuestión del precio, es cierto que los productos
realmente ecológicos son más caros. Explicar esto es materia para otra entrada,
sin duda, pero ahora nos interesa argumentar por qué es sensata una estrategia
de desarrollo local que la utilice como herramienta.
Para empezar, el objetivo de cualquier estrategia de desarrollo local es, o debe ser, mejorar la vida de las personas. En este caso, se trata de atender a quienes más lo necesitan, pero no desde una perspectiva asistencialista, sino proactiva: el modelo económico que nos ha conducido a la situación actual expulsa a los trabajadores que no necesita, y no facilita su reinserción en otra actividad, así que el proceso de recolocar en actividades alternativas a quienes ahora están desempleados es una de las prioridades.
Por otra parte, la agricultura es un recurso del territorio
que ha de aprovecharse, si bien es necesario un enfoque actualizado para no
repetir los modelos que la arrinconaron. La agricultura industrializada tiene
barreras de entrada (gastos en fertilizantes y plaguicidas químicos, semillas
tratadas, maquinaria,…) que imposibilitan su organización para pequeñas
explotaciones orientadas al consumo familiar y los pequeños intercambios, lo
que hace necesario abordar una iniciativa de uso de la agricultura para la
reactivación laboral desde la perspectiva ecológica.
En este modelo es importante el producto, pero sobre todo el
proceso y los agentes intervinientes. Se busca no sólo obtener productos de
calidad y sanos, sino personas que los produzcan desconectados de la asfixiante
presión del mercado global, construyéndose una nueva vida.
Al final, los alimentos ecológicos sí son mejores http://www.huffingtonpost.es/2014/08/01/productos-organicos-mejores_n_5594529.html?utm_hp_ref=spain&ncid=tweetlnkushpmg00000067
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