martes, 24 de marzo de 2015

Firma de contratos de la segunda convocatoria

El pasado 19 de marzo se firmaron los contratos de cesión para los usuarios de la segunda convocatoria de los huertos ecosociales. Enhorabuena, es un premio al esfuerzo, a los que se lo han ganado.

viernes, 6 de marzo de 2015

¿De verdad son caros?

Que los productos ecológicos tienen precios más elevados que los industriales es un hecho indiscutible. No es un capricho de un establecimiento, es una realidad. La pregunta a responder es por qué. Otra cosa es que realmente hayan de ser tan elevados sus precios como los encontramos en el lineal del supermercado, porque eso ya depende de los sistemas de distribución comercial de este país y eso es, obviamente, otro debate.

Que su coste de producción sea mayor que el de un producto agro-industrial convencional es inevitable, porque no añaden agroquimicos para mejorar rendimientos, lo que hace que la producción sea menos cuantiosa y por tanto, el coste medio mayor. En pura lógica económico-financiera, para los mismos costes fijos, ofrecerá mejores precios el agricultor que tenga más producción.
Desde una perspectiva más amplia, lo que hace el agricultor convencional (o ganadero) al usar esos productos es trasladar (externalizar) costes a terceros, o sea, socializarlos. Al introducir productos químicos que permiten acelerar el crecimiento e incrementar el volumen, se rompen los procesos naturales de desarrollo de los organismos vivos que después nos comeremos. El problema es que no sabemos cuales son los resultados a largo plazo de una ingestión continuada y acumulativa de estos productos. Y a esto hay que añadir los pesticidas, herbicidas y plaguicidas varios que ya sabemos que son tóxicos, y que van a terminar incorporados en la cadena trófica.
Así pues, la agricultura convencional permite que el productor mejore sus precios trasladándonos el coste a través de problemas sanitarios y contaminación, que terminamos pagando vía impuestos o cotizaciones, cuando no con nuestra propia salud, como están demostrando ya muchos estudios científicos.
Un producto ecológico es más saludable y no implica contaminantes, y el coste de ambas decisiones va incorporado en el precio. Así que cuando decides comprar un alimento ecológico estas comprando salud, y esta afirmación no es un eslogan, es literalmente cierta.